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Esto duele: más ayudas, ¿más paro?



Ya está aquí Arthur Laffer con su show. Este economista que asesoró a Reagan y que se hizo famoso por sus curvas (no piensen mal, sus curvas eran gráficos que decían más impuestos, menor recaudación), ahora ha publicado un artículo donde sostiene que “mientras más beneficios sociales haya para el parado, habrá más parados”, dice en The Wall Street Journal.


Para ello recurre a un gráfico terrible. Desde 1970, en EEUU han aumentado las ayudas sociales a los parados. La verdad es que no son gran cosa, pero antes eran casi 0. Pues bien, según Laffer, esas ayudas sólo consiguen que la gente siga en casa bebiendo cervezas en lugar de aceptar puestos de trabajo, o salir a buscar empleo.





Laffer dice lo siguiente: los empresarios no contratan trabajadores para tranquilizar sus conciencias. Lo hacen para ganar dinero después de impuestos. Pero los salarios se les encarecen porque el gobierno aumenta los beneficios a los parados, beneficios que salen de los salarios.


De modo que tenemos una doble presión perversa: los empresarios no querrán contratar más trabajadores porque les sale cada vez más caro, y los parados no querrán salir de su situación porque obtienen más ayudas sociales.


Lo que el gobierno ofrece a los desempleados lo tiene que tomar de algún sitio. Si la economía produce 100 manzanas y das 10 a los desempleados, entonces, estás quitando 10 manzanas del sistema productivo, dice Laffer.


Laffer pone el ejemplo exagerado siguiente: si un parado recibiera 150.000 dólares al año por estar desempleado, ¿se iría a trabajar? No desde luego.


Y, por supuesto, ese dinero se toma de algún sitio. En el gráfico mostrado por Laffer hay dos curvas azules: la más intensa representa la tasa de desempleo en EEUU desde los años setenta. La más clara, las ayudas sociales reflejadas en la extensión de las semanas en que se pueden percibir. Las curvas son casi paralelas. 


Si fueran opuestas, sería una prueba de que más ayudas generan más empleo. Pero es al revés. 


Son conclusiones que lanzan el debate sobre ayudas y paro, pero desde luego, duelen mucho.