Démosle la vuelta a la tortilla. Imaginen un vídeo que en vez de titularse Las mentiras de la crisis se titulara Las mentiras de los sindicatos. Sigan imaginando y piensen en el actor David Fernández -popularmente conocido como Chikilicuatre- metiéndose en la piel de un liberado sindical. Figúrense, además, que los promotores del vídeo sean empresarios. ¿Cómo habría reaccionado el Ministerio de Igualdad ante el trato sexista dado a las mujeres trabajadoras? Sin duda, la película cambiaría por completo. Ahora, dejen de imaginar; pisemos terreno real.
El presidente del Gobierno ha recortado la nómina de los funcionarios entre un 5 y un 15%. Sin embargo, los sindicatos no han visto disminuir en un solo euro las subvenciones recibidas. Las centrales se han repartido este año 15,8 millones de euros. El último acto programado por UGT y CCOO en el Palacio de Vistalegre de Madrid costó 25.000 euros. El mitin duró más de tres horas, lo que suponen unos 160 euros por minuto. Cientos de delegados sindicales corearon lo que jamás se han atrevido a pedir sus líderes: “Zapatero, dimisión”. Méndez y Toxo guardaron silencio. Sin valoraciones. Zapatero considera empleados a “los parados que hacen cursos de formación” y recibe críticas hasta de sus propios socios de Gobierno. Méndez y Toxo, sin embargo, no hacen mención alguna a las polémicas declaraciones.
Una diputada del PP pregunta hasta más de 100 ocasiones ante el Congreso de los Diputados: “¿Cuántos liberados hay?”. El Ejecutivo y sus ministerios guardan silencio. Según la CEOE, los sindicatos cuentan con 4.736 liberados sindicales en España, uno por cada 3.000 asalariados. El número de delegados sindicales asciende a 300.000, tantos como habitantes tienen Alicante, Móstoles o Valladolid. Si estas cifras se comparan con las empresas más potentes -Telefónica con más de 132.000 profesionales- los sindicatos las triplican.
No hay que olvidarse de los sobresueldos de los líderes sindicales. Se estima que al menos medio centenar de dirigentes cobran retribuciones de entre 10.000 y 30.000 euros en concepto de dietas en empresas, fundaciones y consejos administrativos. La grabación de los polémicos vídeos con cuatro actores y cuatro jornadas de rodaje por cada uno, con una duración aproximada de cuatro minutos, puede oscilar entre los 2.000 y los 6.000 euros.
He aquí algunos de los fotogramas que no aparecerán jamás en las grabaciones de UGT. Sin embargo, en esta ocasión el uso del marketing ha dado la espalda a la sección sindical. Según Alejandro Perales, experto en marketing político “no parece que vaya enfocado contra el Gobierno. Cuando se convoca una huelga general suele ser contra la política económica del Ejecutivo y, en este caso, nada de éso aparece en ese vídeo (...) Van en contra de los empresarios, de las teorías económicas del neoliberalismo, de los bancos, de los representantes del capital, pero lo hacen con un exceso de caricatura y un simplismo que, al final, se les ha vuelto en contra”.
Según Perales, la sociedad de hoy es mucho más madura, “requiere un mensaje más sofisticado y lo más negativo no es tanto que hayan recurrido al sarcasmo o al humor, sino al planteamiento simplista con el que tratan un problema de tanto fondo. Eso es lo que me da la sensación de que además de generar malestar entre sus contrarios -el PP, los empresarios, la banca...- . Esto es lo que ha provocado rechazo entre su propia clientela y su público. Les han tratado como a menores de edad”.
Los liberados, en el punto de mira
La entrega de los vídeos ha coincidido con el debate abierto por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, al anunciar el coto a los liberados. El liberado, tal y como marca el artículo 28.1 de la Constitución Española, en el Estatuto de los Trabajadores y en la Ley Orgánica de Libertad Sindical, disfruta de horas de libre disposición a cargo de la empresa para el “correcto desempeño de la labor de representación”.
El Confidencial se ha puesto en contacto con algunos de ellos. En la mayoría de las empresas públicas, la primera y gran diferencia es la del trato. La mayoría de los liberados disfrutan de privilegios como la plaza de aparcamiento, una distinción con la que no cuentan otros miembros de la plantilla. J.L., liberado sindical en una empresa de comunicación, reconoce que “ahora mismo no corren buenos tiempos para el liberado. No nos entienden. No es mi caso, pero reconozco que sí hay quienes abusan, pero también está el que trabaja”.
El liberado cobra exactamente el mismo sueldo que el funcionario o trabajador que cumple a rajatabla su jornada de ocho horas. E.S., conductor en la Empresa Municipal de Transportes, asegura que “aquí hay liberados que son como yo, conductores, y que desde hace años no tocan el volante. No exagero, pero dudo mucho que sepan conducir autobuses de última generación. Cuando hay lío, aquí los tienes, pero mientras tanto uno se saca la carrera, otro echa horas en la empresa privada y se lleva esto, más lo otro que cobra por su cuenta… vamos, que se dan la vida padre”.
Conocer al milímetro los resquicios de la normativa laboral también les da otras ventajas. Lola, funcionaria en el Ayuntamiento de Madrid, manifiesta su malestar porque “los que son del sindicato, los que se supone que son nuestros representantes laborales juegan con ventaja, se saben al dedillo las normas y buscan cualquier fórmula para trabajar, con la ley en la mano, lo menos posible”. Hay quienes, además, colocan a sus familiares con especial facilidad. A.M., ex liberado sindical de CCOO, asegura que “al conocer los puestos de trabajo con antelación y de forma privilegiada, éso es un cachondeo”.
En Renfe un empleado nos espeta un “se tocan los huevos, es una vergüenza, pero mire yo no quiero líos, lo siento, lo siento...” y nos cuelga rápidamente el teléfono. Mientras tanto, en Instituciones Penitenciarias, J.admite que “cuando hay lío de convenios” tienen mucho trabajo, pero cuando la situación está más tranquila, él es el primero que se relaja. “Tengo compañeros que hasta se están sacando una carrera”.
“Orgullosa de ser liberada”
Desde UGT, una de las liberadas en la actualidad, S., se defiende: “Yo no te voy a decir que no existan abusos, eso es en todos los colectivos. Sin ir más lejos sucede con los políticos: los hay que se dejan la piel y también los hay que no. Desde luego no todos somos iguales”. El día que hablamos con S.llevaba más de 14 horas trabajando. “A mí me han tocado vivir muchos aspectos y como cualquier persona que tenga un poco de ética y que se cree lo que hace, no sólo trabajas lo que debes, sino más, porque el trabajo siempre genera trabajo”.
S. se indigna cuando escucha hablar de los liberados como si fuesen vagos. “Dedicamos muchas horas. Hay personas que renuncian a horas para atender a sus familias a costa de defender a los trabajadores. No hay horarios. Unos días haces tus siete horas de jornada y otros llegas a casa a las dos o las tres de la madrugada. Me siento orgullosa de ser liberada porque yo sí me siento responsable con mi trabajo”, afirma.
El debate está garantizado. Llama la atención que entre las más de doce personas contactadas para realizar este reportaje, sólo el experto en marketing político no ha pedido el anonimato. Ni liberados, ni delegados sindicales, ni trabajadores dan su nombre; ¿miedo a represalias?
-------
Chikilicuatre UGT Huelga 29 de septiembre
-------
---------------
Chikilicuatre UGT Huelga 29 de septiembre
-------
---------------
LOS PRIVILEGIOS DE LOS 4.700 LIBERADOS SINDICALES QUE HAY EN ESPAÑA
Lo que UGT no cuenta en sus vídeos
@María López.- 18/09/2010 (06:00h)
Los secretarios generales de UGT y CCOO, Cándido Méndez (i) e Ignacio Fernández Toxo (d) (Efe).