Son clases gratis de alemán en los niveles B1 (medio) y B2 (avanzado).
Allí he hablado con Diego y Nicolás (hermanos, Licenciados en Ciencias Ambientales), Daniel ( matemático), Fátima (Bellas Artes), Laura (Filosofía), Juan Antonio (Arquitecto), Paulina, Adrián (Ingeniero Industrial), Ana (Empresariales), Sara (Prof. de Latín y Griego), Eneko (Ingeniero).
Todos, historias distintas…, todos la misma historia. Los han echado de su país, me dicen. Ellos no vienen aquí por afán de aventura, si no porque no tienen más remedio. Pero, una vez aquí, hay que mirar para adelante e intentarlo todo.
Pero lo que se encuentran en Berlín es un panorama desolador. Estas clases son gratis, pero ellos sólo son un puñado: la mayoría tiene que buscarse la vida y pagar las clases. Mientras, hay que vivir. Con ahorros, con ayuda de la familia, como se pueda.
Todos, con ganas de trabajar mañana mismo. Todos lo han intentado. Minijobs. Cocineros, friegaplatos, vendedores de helados. Algunos, ni siquiera tienen contrato de minijob: simplemente, venden helados.
Me dicen que en muchos restaurantes de Berlín, tras la barra, en la cocina, hay muchos españoles, casi todos con carrera, trabajando por 450€, o por menos. Ni siquiera pueden aspirar a servir mesas y ganar alguna propina. Eso queda para los alemanes, las propinas quedan para los alemanes. Los españoles friegan platos y pelan patatas.
Berlín tiene un 12% de paro, tres veces más que Múnich. Eso que quede claro. Si alguno quiere venir a Alemania a buscar trabajo, que se baje antes de llegar a Berlín.
Hablo también con dos responsables del programa “Willkommenspaket”. Son los típicos alemanes: correctos, concienzudos, conocen el problema, tienen un plan, disponen de dinero público y lo llevan a cabo con pulcritud.
Les pregunto porqué si hay tantos españoles magníficamente educados (más que los alemanes, según un estudio reciente) y teóricamente tantos trabajos, los españoles no consiguen más que trabajos basura… en el mejor de los casos.
Me dicen lo ya sabido: una diferencia de los títulos españoles y las necesidades de las empresas alemanas, pero también, reconocen, las empresas alemanas tienen reparos en contratar extranjeros. Creen que su “cultura del trabajo” no es la “cultura del trabajo alemana” (que cada uno saque sus conclusiones sobre lo que significa “cultura del trabajo”).
Llegados aquí me pregunto porqué, si los alemanes son conscientes de que los empresarios alemanes tienen esos prejuicios, no dirigen una “cultura de la bienvenida a los empresarios”. Porque ellos son conscientes de los prejuicios de los empresarios alemanes.
La cultura de la bienvenida alemana en los años 60 consistía en esperar en las estaciones de tren a los españoles que venían con la maleta de cartón y llevarlos al tajo. Y poco más.
Hoy puede que se quede en un curso de alemán gratis y poco más (asesoría sobre su perfil profesional, cómo hacer un currículum…) Menos es nada.
Por lo menos para venir a Alemania hay posibilidades de contactar trabajos, prácticas, formación, desde España y una vez aquí, algún que otro programa como éste. Pero me pregunta Adrián porqué no hay en España información sobre otros posibles destinos que, dicen, abren muchas posibilidades a los españoles: Brasil, Chile, Canadá…