X FECHAS

x orden alfabetico

ENLACES

+ vistas

varios

VARIOS


Contador Gratis
relojes para blogger html clock for websites contador de usuarios online
PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

La Parábola de la Negociación Colectiva


NOTA DE VREDONDOF :
Estupendo articulo escrito por un miembro de Fedea.

A continuacion y con el fin de facilitar su lectura copio y pego el enlace a FEDEA que el autor indica al final de articulo.
Tambien bajo los PDF que Fedea indica al respecto y los subo a Scrib para que esten el articulo y no tengais que bajarlos vosotros.

Es evidente que el tema por su complejidad es para "echarle" muchas paginas , creo que este es bastante completo.
No obstante es un ladrillo y supongo solo lo leera entero el que verdaderamente este interesado.

SOLO UNA OPINION PERSONAL al respecto de los convenios colectivos.
Hay que TENER EN CUENTA la tipologia de empresas que hay en España.
Esta el grupo que lo que menos le preocupa es el convenio provincial de su sector , ya que por sus dimensiones o por su formacion ... o por lo que sea , le es MUY DIFICIL el negociar con sus propios empleados y por ello prefieren que esas negociacion sea PROVINCIAL, acatarla y punto.

Ya que al convivir mas directamente con los empleados quiere que  esten contentos y para ello sabe que tienen que tener una remuneracion acorde con la zona y el trabajo , aparte que les de para VIVIR.

Es mas, hasta de forma voluntaria crean ponificaciones y pagos extraodinarios a sus empleados.
Lo malo es que en esos convenios no solo se negocia los salarios si no que acaban apareciendo verdaderas "CHORRADAS", que lo unico que hacen es "putear el ambiente laboral", convirtiendo el ambiente de trabajo en una empresa IRRESPIRABLE.

Hay condiciones de trabajo que tienen que venir en un REGLAMENTO de caracter NACIONAL y no en clausulas del convenio  provincial, pues se da la paradoja de tener una diversidad de convenios con una complejidad extrema, que solo esta hecha para SUPERESPECIALISTAS y para que las nominas se las tengan que confeccionar servicios externos con lo que eso cuesta al empresario modesto.

Lo malo es cuando vienen los tiempos malos que mucho de lo que se negocia es UNA SOGA MAS AL CUELLO.

En cualquier caso y con caracter general, la mayor problematica del empresario NORMAL (PyME) es que la empresa pierda dinero, y que lo que un dia le parecio bien ahora le esta axfisiando, cuando gana , no tiene problemas de ningun tipo.
--------------------------------


En aquel país, los fabricantes y compradores de muebles observaron que el mercado era un mecanismo injusto para decider los precios de los muebles. Y decidieron que, en vez de usar tan injusto mecanismo, fijarían ellos estos precios mediante un acuerdo colectivo. Crearon para ello un sistema de acuerdos provinciales en los que se determinaban los precios de las sillas, de las mesas, de los armarios…

 En seguida se dieron cuenta de que había espabilados que vendían sillas con tres patas para poder salirse del acuerdo, así que convinieron en completar el acuerdo con definiciones precisas de los muebles- una silla  era de madera, y tenía 4 patas y respaldo, una mesa , de madera, con 4 patas y una tabla—y prohibir la venta desleal de muebles no ajustados. Como imaginaban que muchos fabricantes querrían de todos modos salirse del acuerdo, consiguieron que el parlamento del país diera fuerza de ley a estos acuerdos y se publicaran los precios de todos los muebles en el BOE, y crearon un servicio jurídico en cada provincia para que litigaran con los osados que intentaban vender muebles fuera del acuerdo. 

Cuando IKEA quiso entrar en aquel país, se lo impidieron, claro, ya que IKEA trataba de explotar a los consumidores obligándoles a que ensamblaran ellos mismos los muebles.
Los juristas y miembros de las asociaciones de consumidores y fabricantes encargadas de negociar los precios declararon el éxito enorme de los acuerdos, que tenían cobertura universal y obligaban a todos los fabricantes y consumidores del país, hubieran o no votado el acuerdo o a los representantes.

Pero poco a poco, las empresas de muebles quedaron anquilosadas. No había innovación y los consumidores ya tenían todos los muebles de la lista. En los almacenes se amontonaban muebles fabricados con mucho cariño, pero invendibles. Pero los precios no se ajustaban a la baja, ni los fabricantes se ponían (estaba prohibido) a fabricar nuevos tipos de muebles.

La ministra de economía del país, que entendía perfectamente el problema, animaba a las burocracias provinciales de consumidores y fabricantes a que flexibilizaran el mercado,y estos flexibilizaban  las definiciones y añadían nuevas categorías de muebles. Pero las asociaciones, que empleaban a multitud de técnicos, abogados, negociadores, etc.,  insistían en que el sistema colectivo provincial de fijación de precios era una protección necesaria de los artesanos y los consumidores frente al salvaje mercado.

Y en el país, la gente se preguntaba por que era imposible que se vendieran los muebles tan cuidadosamente fabricados, si en los paises vecinos no había esos gigantes almacenes de muebles invendibles.
_______________________________________________________

(Y tras la Parábola, el Sermón, claro)

Donde hay una burocracia alambicada ocupada en la fijación de precios no es extraño que haya rigideces,  categorías absurdas y, sobre todo, recursos desempleados. No son muebles en el almacén, sino hombres y mujeres orgullosos, con ideas, con ganas de trabajar, a los que el absurdo sistema ha condenado al paro.

El ruido de los mercados financieros y de los subes y bajas de la deuda, y de las corridas polìticas en las Cajas, no debe distraer nuestra atención del problema clave de España, que es, como hemos insistido en el blog, la falta de perspectivas de crecimiento económico. Dado el altísimo nivel de endeudamiento exterior de nuestra economía, no nos podemos permitir una década sin crecimiento.  Y el mayor obstáculo para el crecimiento es, ahora mismo, el absurdo sistema de negociación colectiva.

La función de los salarios es guiar las decisiones de los trabajadores hacia los sectores y niveles de capital humano correctos; facilitar el ajuste, no dificultarlo. Y no hay duda de que, en España, fracasan rotundamente en esta misión- no hace falta más que ver los elevados incrementos salariales en los convenios en 2009, por ejemplo en la construcción o los incrementos en convenio este año, del 3.12%. Y como hemos repetido hasta la saciedad (ver este entrada de Samuel Bentolila y Marcel Jansen) mientras los salarios no sean flexibles, todos los ajustes vendrán por el empleo.
El consenso sobre la necesidad de cambio del sistema de negociación colectiva es general, y los propósitos de enmienda, constantes. Pero de nuevo se encarga a los sindicatos y empresarios volverlo a intentar, cuando el problema está en que el merco legal e institucional no permite que alcancen una solución.

Dentro de muy poco conoceremos las propuestas detalladas de empresarios y sindicatos. El legislador, y el gobierno, no puede evadir su responsabilidad en este tema. El marco legal, fijado en 1980, debe adaptarse a las circunstancias, y esto corresponde a la sociedad, representada por el Congreso y el Senado, no a los sindicatos y empresarios, que  representan a unos pocos.

Nuestras propuestas, al que le interesen, están aqui.


La Parábola de la Negociación Colectiva


08-03-11 | PROPUESTAS

Nueve propuestas para la reforma de la negociación colectiva en España


Como en crisis anteriores, el mercado de trabajo español ha experimentado durante esta recesión una enorme destrucción de empleo, por una parte, y una escasa moderación de costes y precios con mínimas reducciones de la jornada laboral, por otra. Se trata de un patrón de ajuste muy diferente al de otros países de nuestro entorno, donde el impacto de las crisis sobre la tasa de paro ha sido mucho menor.
La salida de la crisis requiere una profunda reasignación sectorial del empleo y un aumento sustancial de la flexibilidad interna de las empresas. Ambos requisitos resultan inviables con la estructura y los contenidos actuales de la negociación colectiva, que imponen límites muy restrictivos a la flexibilidad salarial y a la reorganización interna. Estas características generan una alta persistencia de la inflación, pérdidas de competitividad, un bajo crecimiento de la productividad y una excesiva volatilidad del empleo.
Los salarios y las demás condiciones de trabajo afectan directamente al bienestar de las personas, pero también desempeñan otras funciones, como son mitigar el impacto de las situaciones económicas negativas sobre el empleo, remunerar la productividad de los trabajadores e incentivar la formación y la orientación de los trabajadores hacia las ocupaciones más productivas. Nuestro actual sistema de negociación colectiva no facilita estos objetivos.
Esta situación se debe en parte a la regulación de la negociación colectiva contenida en la Ley del Estatuto de los Trabajadores (ET) de 1980, que tuvo la virtud de favorecer la implantación de un sistema de negociación con un alto nivel de cobertura y de autonomía negociadora y escasa conflictividad. No obstante, con el paso del tiempo, ha venido creando grandes distorsiones, especialmente negativas en un nuevo contexto caracterizado por una creciente integración económica internacional y grandes cambios tecnológicos. Aunque ha habido intentos de dotar al sistema de negociación colectiva de un mayor contenido (reforma de 1994), de racionalizar su estructura (Acuerdo Interconfederal sobre Negociación Colectiva de 1997) y de cambiar su regulación (propuesta fallida de reforma de 2002), sus rasgos básicos apenas han variado en los últimos 30 años. La experiencia demuestra que la estructura y los contenidos de la negociación colectiva en España no cambiarán significativamente si no cambia su regulación.
La reforma laboral de septiembre de 2010 ha dado un primer paso en la dirección adecuada al permitir, mediante acuerdo del empresario y los trabajadores, la no aplicación de las condiciones laborales establecidas en convenios colectivos de ámbito superior en las empresas con problemas de viabilidad. Sin embargo, es un avance insuficiente en términos de la flexibilidad interna requerida por las empresas en el contexto económico actual.
Ahora resulta imprescindible dar pasos adicionales para completar la reforma. Así se pone de manifiesto en el Acuerdo Social y Económico del 2 de febrero de 2011, en que los interlocutores sociales se comprometen a culminarla por la vía del diálogo antes del 19 de marzo de 2011. Compartiendo el diagnóstico de los problemas del sistema de negociación colectiva enunciado en dicho acuerdo, pensamos que la reforma debería ser amplia y ambiciosa, articulándose alrededor de los cinco objetivos siguientes, con las modificaciones legales e institucionales que se apuntan




Presentacion Negociacion Colectiva


9 propuestas negociacion colectiva



Preguntas 9 Propuestas Negociacion Colectiva
Leer más...

Esos vagos del Sur...


NOTA DE VREDONDOF : 

El autor , Miguel Angel Garcia , Berciano nacido en Quintana de Fuseros (vivio tambien en Noceda del Bierzo varios años), es corresponsal de TVE en Berlin y lleva varios años siendo corresponsal en Alemania y toda la zona de Centro Europa , por ello lo que escribe , lo escribe con conocimiento de causa.

*****************************


 Ya sé que en España muchos se estarán rasgando las vestiduras al oír decir a Merkel  que no puede ser que griegos, españoles o portugueses se jubilen antes que los alemanes y que tengan más vacaciones.  


Eso inmediatamente exige aclarar que la edad legal de jubilación en Alemania ahora mismo son los 65 y se ha ampliado gradualmente a los 67: a partir del 1 de Enero de 2012 empezará a contar un mes más de trabajo para que al final todos los alemanes se jubilen con 67 en el año 2029. 


Eso ya lo aprobó Alemania hace casi 7 años, con el Gobierno Socialdemócrata-Verde de Schröder. España ha copiado ese proceso, pero como lo ha puesto en marcha más tarde no ha tenido más remedio que ponerlo más rápido. 


Así, los españoles nos jubilaremos todos con 67 en el año 2027. Vamos, pues, más rápidos que los alemanes.


Griegos y portugueses (desde 2007) se jubilan con 65, aunque ahora se está hablando de ampliar a los 67 también.


En cuanto a las vacaciones, la ley alemana dice que las vacaciones mínimas son 24 días, incluidos sábados (20 días de lunes a viernes). Pero esa es la excepción, más que la regla, porque son normales contratos de 30 días de vacaciones.


Si miramos la jornada laboral, en España se trabaja 8 horas mientras que en Alemania se trabajan 7. Y puedo decir que cuando se dice que “…en Alemania se trabajan 7”, quiere decir que en Alemania no se trabaja ni un minuto más… pase lo que pase.


Habría mucho que hablar sobre esto, porque es verdad que en España hacemos demasiadas horas pero, tal como ha caricaturizado un programa sueco, no siempre se “trabaja de verdad”.


Es cierto que debemos trabajar menos horas y más intensamente, pero soy testigo de que cuando llega un momento de apuro a un trabajador español le puedes pedir que haga un esfuerzo. Aquí  sin embargo, no saben lo que es salirse del paso pase lo que pase. Genéticamente incompatibles: da lo mismo lo que pase, la intensidad del trabajo, las necesidades: siempre van al mismo paso. Si hay trabajo, trabajan, si no, ocupan la silla. Pero como haya que dar un acelerón, improvisar, etc… olvídate. Y a las 7 horas se van a casa.


Ya he dicho en más de una ocasión que para un alemán las horas de ocio son sagradas (y eso para mí es admirable, no criticable). Pero claro, si ese programa sueco nos caricaturizaba como colgados todo el día de facebook en el trabajo, para mí sería fácil caricaturizar a un alemán, como el que llega a su hora ( si no ha pedido hora con el médico (regular y habitual), se prepara un café (gratis), y sigue, como el día anterior, buscando las mejores ofertas de vacaciones, mirando la bolsa, leyendo las noticias sobre lo vagos que son los españoles, griegos y portugueses, sumando y apuntando los minutos de más trabajados cada día para ver si pueden sacar un día más de vacaciones, otra vez buscando vacaciones baratas a poder ser en España…


En fin, si vamos a continuar con tópicos, no llegaremos a ningún lado.


Pero tranquilos, estas palabras de Merkel suenan, más que a propuesta, a mitin para tratar de tranquilizar a los ánimos en las bases de su partido, adoctrinados a base de leer todos los días el BILD.


De momento, la oposición ya ha dicho que Merkel debería hacer propuestas en serio en lugar de soltar frases populistas para sus bases. Lo cual tranquiliza. No todos en Alemania piensan lo mismo.



Esos vagos del Sur...

Leer más...

El recorte de la Sanidad, por la puerta de atrás.



El gasto sanitario va a ser el próximo recorte en Europa, tras el gasto público y las pensiones. Ya lo han anticipado los ministros de Economía de los 27, que en diciembre recomendaron el copago y medidas de ahorro “para evitar la quiebra del sistema”. 


Pero entre tanto, en España, cada autonomía trata de tapar sus agujeros presupuestarios y ha empezado a meter la tijera en la Sanidad, que se lleva la tercera parte de sus presupuestos. A la chita callando, todas han recortado este año su gasto sanitario en una media del 4,11 %. Y se vuelve a hablar del copago. 


El problema es que la bola de la deuda sanitaria crece sin parar, porque gastan mucho y las transferencias de fondos son insuficientes. Y nadie le pone el cascabel al gato. No se trata de gastar menos, ya que España está a la cola de Europa en gasto sanitario. Se trata de ahorrar y gastar mejor para salvar nuestra Sanidad.



Ahora nos encontramos con un grave problema, que es doble. Por un lado, la pelota de la deuda sanitaria supera los 10.000 millones de euros, que las autonomías deben a los laboratorios y las farmacias (40%) y a los proveedores de servicios y tecnología, a los que pagan con meses de retraso, causándoles graves problemas. 


Por otro, como la sanidad se lleva un tercio del Presupuesto de las autonomías, todas buscan tapar sus agujeros recortando también el gasto sanitario. 


Así, para 2011, las autonomías han recortado el gasto sanitario per cápita en 55,37 euros (-4,11%), dejándolo en 1.288,58 euros, según la FADSP. 


Los mayores recortes los han hecho Canarias (-12,3%), Cantabria (-8,5%), Extremadura (-7,8%) y La Rioja (-6,6%), aunque los que más se han aireado son los recortes de Cataluña (850 millones en Sanidad), que va a recortar servicios y dejar de hacer 2 hospitales. 


Otros quieren cobrar las meriendas o van a cerrar quirófanos por las tardes para no pagar horas extras, por ejemplo.



Lo primero que hay que decir es que la sanidad española es buena y barata, según todos los estándares internacionales: el último ranking internacional de calidad del sistema sanitario elaborado por la revista Newsweek sitúa a España en el tercer lugar del mundo, tras Japón y Suiza y empatada con Suecia. 


Y nos cuesta 2.902 dólares por habitante, menos de la mitad que la de Estados Unidos (7.538) y menos que la sanidad de la mayoría de países europeos, desde Suecia (3.470) a Reino Unido (3.129),pasando por Francia (3.696) o Alemania (3.737). 


El problema es que nuestro gasto sanitario ha crecido mucho en los últimos años: un 6,6 % interanual en los últimos seis años. Y que desde que la sanidad está transferida a las autonomías (2002), se ha ido acumulando una deuda, debido a que las transferencias desde el Presupuesto han sido cicateras y a que ellos han gastado más de lo previsto.
Estos recortes son a la chita callando y cada autonomía por su cuenta. El PP intentó aprobar en el Senado, el 24 de enero, una moción para resolver la deuda sanitaria y garantizar la financiación del Sistema Nacional de Salud (SNS) y se quedó sólo


El Gobierno trata de obviar el problema, pero antes o después le va a caer encima (y a nosotros). Primero, porque Europa presiona, con la amenaza del copago detrás. Y sobre todo, porque el gasto sanitario va a seguir creciendo, por dos razones: la tecnología sanitaria es cada vez más cara y la población vive cada vez más años, con lo que crecerá el gasto. Basten dos datos. 


En 2060, un tercio de la población española tendrá más de 65 años (17 millones frente a 8 hoy) y un 14% más de 80 años (8 millones frente a 2 ahora), según un informe de la UE.Y la OCDE estima que el gasto sanitario de los mayores de 65 años es cuatro veces superior a los de menos edad.
España gasta menos en Sanidad que el resto de Europa, pero las previsiones son que el gasto crezca mucho en las próximas décadas, aquí y en los demás países. 


El periodo crítico, según la UE, será a partir de 2030 y por eso piden medidas ya, con tiempo. Es mejor ponerse las pilas y no esperar a que nos lo impongan, como con las pensiones. Lo más urgente es sanear la sanidad, tapar el agujero de la deuda con un crédito extraordinario. Y a medio plazo, si queremos evitar el copago, hay que hacer un pacto sanitario para gastar menos y gastar mejor, con unos presupuestos realistas. Hay que reducir el gasto farmacéutico, que supone un 22% del gasto sanitario, con medidas para atajar el despilfarro de los medicamentos


Y hay que gestionar mejor la sanidad, desde la política de personal(aumentar horarios, reducir el absentismo y el exceso de contratos temporales, introducir incentivos y despolitizar la gestión) a la política de compras, pasando por reducir la sobreutilización de nuevas tecnologías y tratamientos (según la OMS, un 20-40% del gasto sanitario es ineficiente) y potenciar la atención primaria y la prevención.
Y por encima de todo, hay que pactar con las autonomías un Plan integral de Salud, que unifique servicios, costes y financiación. No es posible que haya 17 políticas sanitarias, que un médico andaluz reciba 45 pacientes al día y uno navarro atienda a 29, que en Valencia haya 2,69 camas por 1.000 habitantes y en Cataluña 4,50, que una embarazada tenga cubierta la atención dental en Extremadura y en el resto de España no, que un pensionista pueda comprar gratis determinado medicamento en cualquier farmacia menos en Galicia…


Que el País Vasco o Navarra se gasten 560 euros más en sanidad por habitante (+56%) que Baleares o Madrid.
Hace falta poner orden en la sanidad, antes que lo hagan desde fuera. Y cuanto más tardemos, será peor, ya que los recortes se hacen cada día, los sufrimos todos  y empeoran nuestra sanidad. 


Habrá que esperar a que pasen las elecciones de mayo. Pero no mucho más

El recorte de la Sanidad, por la puerta de atrás




-
Leer más...

La reforma laboral avanza… en Portugal



Quizá por la vieja costumbre de vivir de espaldas a nuestro vecino del Oeste, el memorándum de acuerdo que ha firmado Portugal con la troika Comisión Europea-BCE-FMI ha pasado casi desapercibido en nuestro país. Sin embargo, dado que España solo ha hecho una parte de las reformas económicas necesarias y ha retrasado algunas de las aprobadas, no se pueden descartar futuros ataques especulativos contra nuestra deuda. Por ello, conviene fijarse en las condiciones que podrían ir anexas a un hipotético rescate. En particular, son muy interesantes las medidas de reforma laboral que va a llevar a cabo Portugal. ¡Incluida una especie de contrato único!

El caso de Portugal fue diagnosticado ya en 2006 por Olivier Blanchard: un país que se lanzó a gastar por la expectativa de aumento de renta a raíz de su integración en la zona del euro y que, al no materializarse las ganancias de productividad esperadas, entró en una senda de bajo crecimiento y altísimo déficit exterior desde 2002. Fue el primer país al que se le atragantó la pertenencia al euro.

Veamos los últimos síntomas del paciente. Crecimiento del PIB: 1% en 2010:4 interanual; predicción del FMI para 2011:4: -2%. Variación del empleo: -5.2% desde el máximo previo. Tasa de paro: 11% (podría llegar al 13% en 2012). Paro de larga duración: 53% de los parados. Tasa de temporalidad: 23% de los asalariados. Deuda pública sobre PIB: 93%.

A cambio de recibir un préstamo de hasta 78 mil millones de euros, Portugal ha acordado realizar un sinfín de reformas de política fiscal, mercado de trabajo, educación, mercados de producto, vivienda y justicia. Son condiciones muy detalladas (“3.61. Cambiar el cálculo del margen de beneficio por un margen regresivo y una tarifa plana para las compañías mayoristas y las farmacias en base a la experiencia de otros Estados Miembros”), con cantidades monetarias concretas y plazos tasados (“3.40. (…) el Gobierno enviará al Parlamento una propuesta de ley durante el cuarto trimestre de 2011.”).

Su lectura es a la vez aterradora y fascinante. Es lo más parecido a un ejercicio que a menudo hacen los macroeconomistas: suponer que hay un dictador (en principio benevolente, aunque en este caso es un acreedor) con capacidad de regular una economía.

Sobre el mercado de trabajo hay un paquete de medidas muy amplio. En protección del empleo, se rebajará la indemnización por despido en el contrato indefinido a 20 días de salario por año de antigüedad (ahora son 30). Y algo muy llamativo: se introducirá una especie de contrato único. Es decir, se igualará la indemnización de los contratos indefinidos a la de los temporales, que ahora tienen 36 días en los contratos de menos de 6 meses y 24 días en los demás.

Al igualarse las indemnizaciones, los contratos temporales se volverán más atractivos que los indefinidos. Las claves para saber si caerá o no la tasa de temporalidad estarán en la vigilancia del Gobierno sobre la causa para contratar temporalmente y en posibles cambios de las decisiones judiciales sobre la procedencia del despido. De hecho, el acuerdo también incluye provisiones para facilitar los despidos por causas económicas (ver esta entrada sobre el caso español).

La nueva indemnización se aplicará a los nuevos contratos, respetándose los derechos acumulados en los contratos vigentes hasta la fecha de aprobación de la ley, pero no a partir de ese momento (ver laentrada del blog The Portuguese Economy que citaba Luis Garicano).

La introducción de este pseudo-contrato único es acorde con las declaraciones de Blanchard, ahora economista jefe del FMI, refiriéndose a toda Europa: “Hay que acabar con el dualismo entre los contratos indefinidos y los temporales”. En igual sentido se ha manifestado el comisario europeo de empleo, László Andor: “El contrato único reduciría el paro y la temporalidad de los jóvenes en España”. Ojalá el Gobierno español, a la vista del ejemplo portugués, le pierda el miedo al contrato único, ya sea el de “los 100” o uno a la portuguesa: 20 días de indemnización para todos los contratos (eso sí, suprimiendo los temporales).

Otra novedad importante de la reforma portuguesa es que 10 de los 20 días de la indemnización procederán de un fondo de capitalización financiado por los empresarios. Es un fondo a la austriaca como el que, según la reforma laboral de 2010, debería regular el Gobierno español antes del 18 de junio de 2011. Lamentablemente, como indicaba El Confidencial hace unos días, es muy probable que este fondo nunca nazca.

Hay muchísimo más en la reforma portuguesa: prestaciones por desempleo, organización del tiempo de trabajo (introduciendo las “cuentas de horas” alemanas) y políticas activas de empleo. También sobre negociación colectiva, por ejemplo, reduciendo la ultraactividad de los convenios (que por lo visto está bloqueando die unendliche geschichte de la negociación entre la patronal y los sindicatos en España).

Hay un contraste muy fuerte entre la profundidad y la sensatez de la reforma laboral que Portugal se ha comprometido a realizar (veremos si cumple) y la timidez de nuestra reforma de 2010. Ambas han sido causadas por la presión de los mercados financieros sobre la deuda pública, pero la peor situación fiscal de los portugueses les ha llevado a una versión heavy, mientras que la nuestra se ha quedado enlight. Lo deseable sería que hiciéramos la reforma laboral pendiente sin mediar más presiones externas.

Leer más...

'The Company Men', el drama del despido



Nota de vredondof : abajo incrusto la pelicula en megavideo, se supone que es pirateo , lo siento hay que ponerse la penitencia de comprar el DVD cuando lo saquen.,,
Tambien tener en cuenta que puede desaparecer en cualquier momento.



Si el documental Inside Job llegaba a parecer una historia ficticia por la inmensa avaricia y banalidad moral de los gestores causantes de la actual crisis económica, el relato de la película The Company Men responde con una veracidad casi notarial a la realidad de lo que sucede como consecuencia de la recesión que estamos viviendo: el drama, incluso la tragedia, del despido. 

El cine americano ha completado Inside Job con un guión acertadísimo del director de The Company MenJohn Wells, protagonizado con gran verismo por Ben Affleck, Chris Cooper y Tommy Lee Jones, que representan los papeles de tres ejecutivos de distinto nivel despedidos de una gran compañía después de haber dejado en ella su ilusión y su esfuerzo durante años.

Cualquiera que vea la película se sentirá concernido porque la historia de los protagonistas es la del amigo, el familiar o el conocido que está en paro. Quizás pueda contemplar en la gran pantalla hasta su propia y personal experiencia.


No voy a destripar la cinta a quienes quieran verla, pero el cine adquiere con esta película su ya habitual función de denuncia y testimonio. Un gran ejecutivo que "ajusta" gastos despidiendo a empleados al mismo tiempo que construye una nueva, lujosa e innecesaria sede para sus oficinas -le preocupa la dimensión de su despacho y las magníficas vistas de que disfrutará desde su silla- y en cuyo espacio de trabajo, a modo de decoración, cuelga un carísimo cuadro de Degas.

 La deshumanización -"pasamos el escrutinio legal", dice unos de los abogados que se afanan en hacer las listas de despedidos; "¿pasamos el ético?", se pregunta un Tommy Lee Jones que refleja en su rostro toda la tristeza de la decepción y el malestar moral- se masca en un ambiente empresarial transido de los peores instintos y en el que el factor humano queda subordinado al valor de la acción, a las expectativas de más ganancias y a las enormes percepciones de la alta dirección.
La simultaneidad de este drama colectivo con las ganancias multimillonarias de los máximos ejecutivos y los propios beneficios empresariales, más allá de pulsiones conservadoras o izquierdistas, constituye una enorme contradicción que provoca una seria reflexión sobre la sostenibilidad de este sistema tan cruel e insolidario
Mientras, van cayendo vidas y trayectorias. 

Un jefe de ventas (Ben Affleck) que no puede pagar la hipoteca de la casa, tiene que vender su coche deportivo, darse de baja en su club de golf, irse con su mujer e hijos a vivir con sus padres y termina trabajando en la construcción. 

Un alto empleado con tres décadas de servicios (Chris Cooper), sesenta años a sus espaldas, sin expectativa alguna, incapaz de asumir el giro de su vida. Y un directivo que, aun en su desolación, tiene arrestos para reiniciar emprendedoramente un negocio (Tommy Lee Jones).

Lo impactante de la película consiste en la consistencia de las reacciones de los personajes: el despedido, primero, se desenvuelve en la irrealidad sin querer reconocer el golpe recibido (se niega a trabajar por menos dinero, no admite rebajar los gastos prescindibles, llega a afirmar: "tengo que parecer un triunfador y no un gilipollas moviendo un currículo"); luego llega la fase de la baja autoestima con el cortejo de sensaciones negativas: frustración y fracaso y, por fin, la reacción, que reside en trabajar en donde sea posible hacerlo, sin esperar prácticamente  regresar a las condiciones del pasado.

La gran conversión social española

El papel de la familia se presenta decisivo, para lo bueno, en el caso de Affleck, y para lo malo, en el de Chris Cooper, al que su mujer no le quiere en casa hasta las seis de la tarde y al que los colocadores aconsejan que deje de fumar y se tiña las canas para disponer de más oportunidades de encontrar un  nuevo trabajo. 

La realidad de una vida acomodada que ha de dejar de serlo, colisiona con la necesidad de aparentar holganza económica y comodidad vital, conformando conductas hipócritas y simuladas verdaderamente patéticas. Finalmente -y como siempre ocurre en las versiones norteamericanas- la capacidad de emprender rescata de la desesperanza al que ha resistido.


El argumento de The Company Men -que se estrenó en Madrid el mismo día, viernes pasado, en que se conoció la EPA- es hoy es el de la gran conversación social en España: la fortuna de tener trabajo y el drama de dejar de tenerlo, dependiendo demasiadas veces lo uno y lo otro de caprichosas decisiones empresariales inspiradas en un crueldad moral destructiva de vidas y trayectorias que se arrojan a la cuneta con una frivolidad ética sobrecogedora.
Siempre he rehuido la demagogia, pero constato -en realidad, todos podemos hacerlo en nuestros ámbitos laborales, familiares y vitales- que la facilidad con la que se despide y la fragilidad del trabajador para evitarlo son características selváticas en una sociedad que se dice solidaria y civilizada

La simultaneidad de este drama colectivo con las ganancias multimillonarias de los máximos gestores y ejecutivos y los propios beneficios empresariales, más allá de pulsiones conservadoras o izquierdistas, constituye una enorme contradicción que, contemplando películas como esta deTheCompanyMenprovoca una seria reflexión sobre la sostenibilidad de este sistema tan cruel e insolidario.
 Si ven la película, todo les resultará familiar y, a la vez, diferente. Y les hará pensar con pesadumbre. Sobre todo, después de haber visto Inside Job yVamos a hacer dinero.  Y es que la realidad siempre supera a la ficción.


NOTEBOOK,  José Antonio Zarzalejos

'The Company Men', el drama del despido




--
Publicado por VRedondoF para CP2T el 5/08/2011 07:29:00 AM
Leer más...

Trabajamos más y ganamos menos



Otro mito que cae: los españoles trabajamos más horas que la mayoría de los europeos. Eso sí, ganamos la mitad que ellos. Spain is different: tenemos unos horarios de locos y muchos vuelven de comer al trabajo cuando en Europa cierran las oficinas. El problema es que así no hay forma de conciliar trabajo y familia y lo acaban pagando los hijos o las mujeres, que dejan su empleo, reducen su jornada o trabajan el doble, en su empresa y en casa. Ahora, con la reforma de los convenios, hay que plantearse una reforma a fondo de los horarios de trabajo, para trabajar menos horas y con más eficacia.
www.enriqueortega.net
En España se trabaja más horas que en la mayoría de Europa. Así, los españoles dedican el 19% de su tiempo al empleo remunerado, frente al 16% de países tan productivos como Alemania, Holanda o Dinamarca, según el Banco Mundial. Somos el cuarto país de Europa que más horas trabaja, sólo por detrás de Austria, Portugal y Suecia. Y ocupamos el puesto 13 entre los 30 países de la OCDE, encabezado por Japón, China, Corea, México y Canadá. La estadística nos da 4,6 horas de trabajo al día (media de toda la población en edad de trabajar, entre 15 y 64 años), un 20% más de trabajo diario que Alemania (3,75 horas).
A pesar de meter más horasla productividad española es menorpor hora trabajada: un índice 98 frente al 100 de la Unión Europea, el 110 de Alemania, el 112 de Francia o el 119 de Estados Unidos. Y si  ha mejorado la productividad global de España (índice 110 frente al 100 de la UE, el 95 de Alemania o el 98 de Gran Bretaña) es porque hemos perdido 2,3 millones de empleos con la crisis y ahora producimos algo menos con muchas menos personas.
En consecuencia, trabajamos más horas pero cobramos menos. El sueldo medio en España era de 22.000 euros en 2010, frente a 35.000 de media en la UE. Sólo en Grecia, Portugal y Polonia se gana menos que en España, donde los salarios son casi la mitad a los de Alemania (40.000 euros), Holanda (42.700 euros) y Gran Bretaña (46.058 euros). De hecho, la Agencia Tributaria dice que el sueldo medio de los españoles en 2009 fue aún menor: 19.085 euros, con grandes diferencias entre Madrid (24.583 €) y Extremadura (14.767 €). Y todavía hay un tercio de los trabajadores (5,6 millones) queganan menos del salario mínimo (8.736 euros al año). Y por debajo de los 35 años, la mayoría son mileuristas.
Volviendo a los horariosson una locura en España: muchos empiezan a trabajar después de las nueve, media hora larga para el desayuno, dos horas para comer y salir del trabajo cuando la mayoría de los europeos están cenando. Las consecuencias son nefastas: baja productividadrupturas conyugalesbaja natalidad y una gran presión sobre la mujer, que en muchos casos abandona el trabajo para ocuparse de los hijos: el 23 % de las madres con hijos menores de 5 años deja su empleo, según un estudio de La Caixa.
De hecho, los horarios de trabajo son machistas: como el hombre no concilia trabajo y familia, lo hace la mujer, a costa de su vida profesional y de un sobreesfuerzo en casa: la mujer dedica 292 minutos al día en España a las tareas domésticas y el hombre 105, según la OCDE. Y además, los dilatados horarios en España son culpables, según un estudio del Defensor del menor, de muchos problemas de nuestros hijos: los trastornos psicopatológicos en la infancia (22%), el fracaso escolar (31,2 % en España frente al 15,4% en Europa), el acceso cada vez más temprano al alcohol y tabaco (13 años) o a las drogas (14 años) y la creciente desestructuración familiar, sin olvidar la obesidad infantil o los problemas del sueño.
Hay que poner orden en el caos de los horarios laborales, que se han agravado incluso con la crisis, ante el temor a perder el empleo si se sale antes. De hecho, la jornada laboral pactada en 2010 fue de 1.761,7 horas, 13 horas más que en 2007. Un dato que choca con las 1.432 horas que trabajan los alemanes, las 1607 de los británicos o las 1620 de los franceses. La mayoría de los españoles, un 80% según el estudio de la Fundación Másfamilia, pide medidas para reducir horarios y flexibilizar jornada, incluso a costa de la nómina. Además, hay que fomentar la reducción de horas extras (sólo se incluye en el 20% de los convenios), el reparto del trabajo (en el 4,6 % de los convenios) y el trabajo a tiempo parcial, que sólo tienen el 12,8% de los trabajadores en España (4 de cada 5 son mujeres), frente al 20% en Europa (y el 26,1 % en Alemania o el 49% en Holanda).
En resumen, no se puede estar 12 horas entre ir y venir al trabajo, no se pueden tener reuniones a las 7 de la tarde ni comidas de trabajo de tres horas, para descuidar la familia, la casa, el ocio y la vida. Porque al final, no compensa económicamente y se acaba pagando. Tenemos que salir de la crisis poniendo orden en los horarios, organizando mejor el trabajo. 
Una prioridad de los futuros convenios:
menos horas en el curro y más eficacia.

Leer más...